El realizador sueco ofreció ayer una clase magistral desgranando los entresijos de algunas de sus películas
València. Ayer el festival de cine documental DocsValència acogió en el Colegio Mayor Rector Peset una clase magistral del realizador sueco Erik Gandini en la que explicó al público asistente cómo fue la gestación de algunas de sus películas más galardonadas.
Gandini, nacido en Italia en 1967 y trasladado luego a Suecia de adolescente, empezó reconociendo que no fue hasta finales de los años 80, con veinte años de edad, cuando sus amigos suecos «me empezaron a hablar del documental como un género cinematográfico, que podía tratar otras cosas al margen de la vida de los animales». «Nací y crecí hasta mi juventud en Italia bajo el influjo de la televisión de Silvio Berlusconi, y eso me hacía sentir muy pequeño», confesó el cineasta.
Gandini ha sorprendido a los asistentes confesando que su primer trabajo documental lo inició «cometiendo un delito». «Fue en 1994 –ha contado- durante la guerra de los Balcanes, los medios estaban saturados de noticias sobre el conflicto, había un cansancio informativo sobre el tema. Decidimos entonces hacer algo diferente, un enfoque estético distinto para contar la realidad. Pero yo no era periodista y a la zona de guerra solo podían acceder medios acreditados por la ONU. Así que robamos el logotipo de una televisión local muy pequeña y lo pegamos en un fax donde solicitábamos a Naciones Unidas permiso para ir a Sarajevo».